NINGUNA TE SORPRENDERÁ
Ahí te va una lista de cosas que no existen si el nihilismo mereológico es verdadero:
1. Las mesas
2. Tus manos
3. El aparato con el que estás leyendo esto
4. Los coches
5. Las chelas
Esto está raro.
Naturalmente, ahora te preguntarás i) qué significa ‘mereológico’, ii) qué es el nihilismo mereológico y iii) por qué alguien sostendría una tesis con estas consecuencias tan extrañas.
Vamos por partes.
Lo mereológico es lo que tiene que ver con la mereología.
Mereología
Tus manos son parte de tu cuerpo, las ramas son parte de los árboles, los electrones son parte de los átomos. Como verás, algunas cosas son parte de otras. La mereología se encarga de describir cómo funciona la relación ‘esto es parte de eso’.
Esto lo hace con una lista de axiomas, aunque no hay una versión definitiva de la lista. Con todo y todo, la mayoría de las versiones comparte algunos elementos.
I. Algunas definiciones y axiomas recurrentes
Vale la pena distinguir entre partes propias e impropias. Las partes impropias de un objeto son todas las cosas que lo componen, incluido el objeto mismo. Las partes propias de un objeto, en cambio, son también todas las cosas que lo componen, sin incluir al objeto mismo.
Es muy fácil definir una en términos de la otra. Uso ‘’ para hablar de ‘ser parte impropia de’ y ‘’ para ‘ser parte propia de’:
En cristiano: x es una parte impropia de y si y sólo si x es una parte propia de y o x es idéntica a y.
De nuevo en cristiano: x es una parte propia de y syss y no es una parte impropia de x.
Si esto no queda claro, está bien. No será tan importante para lo que sigue.
Los axiomas suelen darse en términos de la relación de ‘ser parte impropia de’. Por esto, es claro que este axioma tendría que ser incluido en la lista:
- Reflexividad. Todo es parte de sí mismo.
Con símbolos feos: .
Otros axiomas comúnmente aceptados son:
- Transitividad. Si una cosa es parte de una segunda y la segunda es parte de una tercera, entonces la primera es parte de la tercera.
Formalizado: . - Anti-simetría. Si una cosa es parte de una segunda cosa y esa segunda cosa también es parte de la primera, entonces son la misma cosa.
Otra vez: .
Normalmente añadimos aun más axiomas a esta lista para rescatar nuestras intuiciones sobre la relación de parte. Algunos de ellos son muy controvertidos: algunas personas defienden que sí valen y otras defienden que no.
II. Ejemplo de un axioma controvertido
Un axioma interesante y que no siempre se añade es el principio de composición irrestricta. Aunque hay muchas maneras de redactarlo con precisión, la idea intuitiva es que siempre que tengas varias cosas, puedes como pegarlas o fusionarlas, por decirlo de alguna manera. Así, si yo tengo varias partículas ordenadas con forma de gato, las fusiono en un gato. De la misma manera, tener las partes de mi cocina me garantiza que tengo mi cocina.
Pero este principio también tiene consecuencias extrañas, como que existe la suma de mi mano y mi televisión. Nota que el principio de composición irrestricta toma cualesquiera objetos y nos dice que su suma existe. En principio, podrían ser objetos separados espacialmente u objetos que no guardan ninguna relación aparente.
Si quieres saber más sobre otros posibles axiomas para completar tu teoría mereológica, revisa la entrada de la Stanford Encyclopedia of Philosophy.
III. Una definición importante
Una definición importante para lo que sigue es la de objeto simple. Un objeto simple no es otra cosa que un objeto que no tiene partes propias. Por ponerlo de otra manera, si queremos apilar todo según qué cosas son parte de otras, poniendo lo más chiquito hasta abajo y las más grande (las cosas que más partes tienen) hasta arriba, los objetos simples serían exactamente los que están quedaran al nivel del suelo.
Nihilismo
El nihilismo mereológico nos dice lo siguiente: Sólo existen los objetos simples. Pum.
Si crees que hay mesas, es sólo porque parece que hay mesas. Pero tales cosas no existen en realidad, no si nos ponemos exquisitos. Sólo existen sus componentes más chiquitos, sus partes simples, que seguramente serán partículas subatómicas. Eso es lo que hay, nada más.
Es fácil ver cómo esto implica que ninguna de las cosas en la lista de hasta arriba existe. Preguntémonos por una chela. ¿Es un objeto simple? No, pues tiene partes: las partículas subatómicas que la componen. Tache para las chelas. Como no son objetos simples, no existen. (Puedes preguntarte si acaso tu chela es algo más que las partículas que la componen.)
¿Qué hay de tus manos? Lo mismo, no existen. Al menos no estrictamente hablando. Sólo existen sus componentes más pequeños.
Ahora mira a tu alrededor.
Nada de eso existe >:)
Razones para el nihilismo
La gente defiende el nihilismo porque es muy simple, dicen. Por años, científicos y filósofos se han dedicado a defender teorías apelando a que son simples en algún sentido. Con frecuencia, se apela a alguno de estos criterios de simplicidad:
- Simplicidad ontológica. (Hay poquitas cosas)
Si dos teorías parecen igual de buenas, pero una te dice que hay menos tipos de cosas que otra, entonces la primera es mejor que la segunda.
- Simplicidad ideológica. (Hay poquitos conceptos sin definir)
Si dos teorías parecen igual de buenas, pero una tiene menos conceptos primitivos (conceptos sin definir) que otra, entonces la primera es mejor que la segunda.
Resulta que el nihilismo mereológico es simple en estos dos sentidos. Bien por él.
Es claro que es más simple ontológicamente, pues hay menos cosas si sólo nos quedamos con los objetos simples. Una teoría que admite la existencia de objetos compuestos está admitiendo la existencia de muchísimas otras cosas además de las partículas subatómicas. Imagínate si alguna teoría así, comprometida con la existencia de objetos compuestos, admitiera también alguna forma del principio de composición mereológica. ¡También tendríamos objetos rarísimos, como Dinoshrek! En todo caso, serían muchas, muchas más cosas que las que el nihilismo mereológico nos dice qué hay.
Así, si queremos mantener las cosas simples (ontológicamente hablando), nos conviene adoptar el nihilismo mereológico.
Por otro lado, también resulta que el nihilismo mereológico es más simple ideológicamente. No hay nada en los axiomas que nos permita definir la relación de parte. A pesar de que los axiomas nos permiten hacer inferencias con esta relación, en ningún momento nos ofrecen una definición para ella. La relación de parte es primitiva. Lo mismo pasa en teoría de conjuntos, donde tenemos una lista de axiomas que nos dicen cómo usar el simbolito ‘’, pero no nos permiten definirlo en términos de otra cosa. Así, una teoría sin la relación de parte es más simple ideológicamente que una teoría con la relación de parte. Si una teoría la incluyera, tendría que incluir un simbolito sin mayor explicación que una lista de axiomas. Si dicho simbolito es prescindible, es mejor quitarlo.
Por esto, si queremos mantener las cosas simples (ideológicamente hablando), nos conviene adoptar el nihilismo mereológico.
Ahora te pregunto: ¿conviene aceptar el nihilismo mereológico? ¿Por?
Epílogo
Hay una parte frágil en la defensa del nihilismo mereológico. Cuando hay que mostrar que el nihilismo mereológico es simple ideológicamente, terminamos diciendo que si dicho simbolito (la relación de parte) es prescindible, entonces es mejor quitarlo. Pero hace falta defender que es prescindible.
Para defender esto aquí, antes debemos discutir otros temas de metametafísica (así es, dos metas) y filosofía de la ciencia. Hablaré de estos temas en entradas futuras y cuando llegue el momento veremos cómo defender que la relación de parte es prescindible.
Una defensa del nihilismo mereológico sobre esta línea es ofrecida por Ted Sider en ‘‘Against Parthood’’.